
Su función natural es la de evitar la entrada de polvo y cuerpos extraños en los ojos, además de filtrar la luz del sol.
No requieren muchos cuidados específicos, aunque sí hay varios puntos a tener en cuenta para tener unas pestañas sanas y bonitas, como por ejemplo cepillarlas diariamente con un peine especial, y aplicar fortalecedores o aceite de oliva para estimular su crecimiento. Péinalas siempre desde la raíz hasta la punta, empezando por abajo.
A la hora de desmaquillarlas, debes tener especial cuidado, ya que se rompen y se caen muy fácilmente. Por eso, es muy importante que las desmaquilles cada noche, incluso aunque vuelvas muy cansada, ¡no duermas nunca con las pestañas maquilladas! Hazlo sin frotar, deslizando un algodón empapado en desmaquillante para ojos (si tienes los ojos especialmente sensibles, elige uno específico), y siempre de arriba abajo, nunca restregándolas hacia los lados.
Conseguir unas pestañas rizadas es muy fácil, y tienes varias opciones. La más práctica es el clásico rizador metálico, que actúa como una prensa,


Los tonos más frecuentes son los marrones (para un resultado más natural) y los negros (para obtener un efecto más intenso). También puedes encontrar máscaras en azules y violetas, que dan más brillo a los ojos y endurecen la mirada menos que el negro.
Por último, si quieres un resultado espectacular, o tienes poquitas pestañas, puedes optar por las pestañas postizas, ya sea enteras o en pequeños grupos, para rellenar y dar más espesor. Aplícalas siempre con ayuda de unas pinzas, y con un pegamento específico para pestañas. Las tienes de muchos precios, marcas y estilos, desde las más naturales hasta las que incluyen plumas, strass y otros efectos para un maquillaje de fiesta o fantasía.
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