martes, 18 de marzo de 2008

El cuidado básico diario de tu piel


Independientemente de tu edad o tipo de piel, hay una rutina básica diaria que debes seguir para que tu piel esté sana, joven y radiante, tanto por la mañana como por la noche.

En primer lugar, la limpieza de la piel de rostro y cuello es fundamental. Elige una limpiadora acorde con tus gustos y necesidades: en general hay dos grandes grupos, las que son al agua (se aplican sobre el rostro húmedo y se retiran con agua fresca), y las leches o similares, que se aplican y retiran con un algodón o tissue, sin necesidad de agua. Las limpiadoras al agua dejan una mayor sensación de frescor, además, por la mañana te servirán para despertar y revitalizar la piel. Si optas por una al agua, recuerda secar el rostro con pequeños toques de la toalla, nunca restregándola, ya que irritarías la piel.

Utilices la que utilices, a continuación aplica un tónico adecuado a tu tipo de piel: matificante si tienes tendencia a la grasa y los brillos, astringente si tu piel es grasa, purificante si tienes granitos o impurezas, revitalizante si tu piel necesita luminosidad, suavizante para una piel como la seda… Hay infinidad de opciones, sólo tienes que dar con la tuya.

Tras el tónico, aplica un serum o suero acorde a las necesidades de tu piel: antiage o para los primeros signos de la edad si quieres prevenir o tratar líneas de expresión y arruguitas, hidratante si tu piel necesita una dosis extra de hidratación, etc.

A continuación, por el día, aplica una hidratante con factor de protección solar (sí, también en invierno), adecuada a tu piel. A la hora de elegir un tratamiento de día tienes que tener en cuenta varios factores, como tu tipo de piel (seca, mixta seca, mixta grasa, grasa o normal), si es especialmente sensible (en este caso evita todo tipo de productos que puedan irritarla, como los tónicos o lociones con alcohol), etc. Si tienes la piel con tendencia grasa, elige una hidratante en gel o en loción, y si tiende hacia la sequedad, opta por texturas más ricas y untuosas, como la crema.

La piel del contorno de los ojos es extremadamente fina y sensible, por lo que necesita de productos específicos para protegerla y cuidarla, sobre todo si tienes tendencia a las ojeras o las bolsas bajo los ojos (en este caso, elige un producto específico, verás cómo mejoran día a día). Es importante tener en cuenta que no todos los contornos de ojos son adecuados para día y noche, ya que muchos de ellos, si se aplican por la noche, hacen que te levantes con sensación de ojos hinchados. Para la noche, elige uno que sea drenante y descongestionante. Si no quieres utilizar dos distintos, elige uno drenante o utilízalo únicamente por la mañana. Aplícalo por toda la zona del contorno de ojos, insistiendo justo encima del hueso del pómulo, y con toquecitos de los dedos como si estuvieras tecleando.

Por la noche, mientras dormimos y la piel descansa, es cuando los productos de tratamiento hacen más efecto, ya que estamos relajados, sin factores externos como la polución o el sol de los que haya que protegerse. Tu piel y tu edad te dirán cuál es tu tratamiento de noche idóneo. En general, todos suelen ser nutritivos, y además pueden servir para evitar o atenuar arrugas y líneas de expresión, manchas, etc.

En resumen, y para que no se te olvide ningún paso:
Día: limpiadora, tónico, serum, tratamiento de día, contorno de ojos.
Noche: limpiadora, tónico, serum, tratamiento de noche, contorno de ojos drenante.

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