lunes, 2 de junio de 2008

Kenzoki en cabina

Por primera vez en España, de la mano de Felicidad Carrera (c/ Castelló nº67, Madrid), puedes disfrutar de dos tratamientos exclusivos en cabina con productos de Kenzoki: Nube y Esquimal. Difícil elección...

Tratamiento Nube:
Relaja e ilumina el rostro, para obtener una piel reparada y aterciopelada, y una calma total. Texturas untuosas, delicadamente cálidas, envuelven el rostro y el cuerpo. Movimientos graduales para llenar el rostro de luz y el cuerpo de paz. Suavidad es la palabra clave.

Para empezar, shiatsu muy lento, que ayuda a liberarse de lo que sobra, a expulsar energías negativas para cargarse de vitalidad. A continuación, una sesión de mimos y caricias para el rostro y el cuello con la crema para desmaquillarse. Para renovar la piel, una larga sesión de masaje facial con la nube de mascarilla exfoliante suaviza el rostro y despierta los sentidos. La crema a punto de nieve relajante para los ojos elimina la fatiga y las bolsas, hidrata y repara.

Los plumeros Kenzoki, suaves como mariposas, se deslizan sobre la piel en una coreografía perfecta, con movimientos lentos y ligeros. Y para un final de lujo, masaje de pies y piernas con el aceite blanco muy sensual: envolturas, estiramientos, presiones y deslizamientos.

Tratamiento Esquimal:
Dinamizante, despierta la piel con una sonrisa, para conseguir una piel renovada, vivificada, fresca, y un humor inmejorable, a través de variaciones táctiles y climáticas sobre la piel del cuerpo y del rostro, con un contraste delicado de frío y calor, siempre perfumado.

Comienza con un masaje refrescante al jengibre: las manos se deslizan en cráneo, nuca, hombros, escote, para pasar al rostro: los micro-copos tónicos exfoliantes vuelven la piel suave, muy suave. Ya está preparada para el masaje con la crema helada regenerante: caricias en pómulos, hoyuelos, mejillas, barbilla, sienes… para después bajar por el cuello, los hombros y la raiz del cabello.
Gestos suaves pero tónicos. La crema helada contorno de ojos hace su aparición acompañada de los cristales Kenzoki, un pequeño secreto para alisar la mirada.

Mientras el rostro se llena de los beneficios de una mascarilla energética a la hoja de bambú, los dedos realizan un masaje de brazos y manos.

Frío también para terminar, con el stick escalofrío aplicado en zonas sensoriales.

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