Por norma general, el maquillaje de día es más suave que el de noche (aunque no por ello menos elaborado). Durante el día, intentamos conseguir un resultado natural y favorecedor, mientras que la noche permite más licencias, principalmente en los tonos. Los pasos de un maquillaje de día son los siguientes:
1- Limpieza de la piel y aplicación del tratamiento de día.
2- Corrector: aplícalo en la zona de las ojeras, en las aletas de la nariz y sobre cualquier zona del rostro que muestre alguna rojez o imperfección.
3- Base o fondo de maquillaje: tienes muchas opciones, desde las bases líquidas a los polvos compactos. Lo más importante es evitar el efecto máscara: recuerda extender la base también por el cuello, escote (si llevas), cerca de las orejas, sienes, etc.
4- Sobre la base, aplica unos toques de iluminador en pómulos, arco de Cupido, rabillo del ojo y cualquier parte en la que quieras obtener un punto de luz.
5- Polvos sueltos: puedes utilizarlos solos o sobre la base, para conseguir una piel perfecta. Utiliza una brocha ancha y con el pelo bien suelto, y tras impregnarla de producto, sacúdela ligeramente para eliminar el exceso de producto. Igual que con la base, no olvides cuello, escote, orejas, etc.
6- Ojos: elige los tonos de las sombras según tus gustos y cómo vayas a vestirte. Los beiges, marrones y anaranjados son una opción segura para todas las épocas del año. Maquilla y perfila sin marcar demasiado el ojo, mejor deja los ojos de mujer fatal para la noche.
7- Pestañas: sea cual sea tu color de ojos, la máscara en marrón te dará un look más natural, mientras que el negro es más espectacular.
8- Cejas: péinalas bien, perfílalas con un lápiz o sombra si es necesario y utiliza un fijador específico si las tienes rebeldes.
9- Labios: como en el caso de los ojos, para el día es preferible utilizar brillos incoloros o tonos suaves, como los rosas, anaranjados, beiges y marrones claros. Si los perfilas, recuerda difuminar el perfilador con un pincel, y utilizar un tono neutro (color carne), como tus labios o similar al del color con el que vas a rellenarlos.
10- Colorete: elige uno que dé más vida a tu rostro y realce tus rasgos. En tonos rosas te dará un aire romántico, como de muñeca, mientras que los naranjas , corales o marrones claros aportan vitalidad y naturalidad. Aplícalo sobre los pómulos (veremos más adelante cómo sacarle el mayor partido al colorete), y da unos ligeros toques también en la frente, nariz y barbilla, para darte un aspecto más uniforme y un efecto "buena cara".
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