
Instrumento de
seducción por excelencia, unas
pestañas largas, espesas y perfectas son parte fundamental de un maquillaje favorecedor.
Su función natural es la de evitar la entrada de polvo y cuerpos extraños en los ojos, además de filtrar la luz del sol.
No requieren muchos cuidados específicos, aunque sí hay varios puntos a tener en cuenta para tener unas
pestañas sanas y bonitas, como por ejemplo
cepillarlas diariamente con un peine especial, y
aplicar fortalecedores o aceite de oliva para estimular su crecimiento. Péinalas siempre desde la raíz hasta la punta, empezando por abajo.
A la hora de desmaquillarlas, debes tener especial cuidado, ya que
se rompen y se caen muy fácilmente. Por eso, es muy importante que las
desmaquilles cada noche, incluso aunque vuelvas muy cansada, ¡no duermas nunca con las pestañas maquilladas! Hazlo
sin frotar, deslizando un algodón empapado en desmaquillante para ojos (si tienes los ojos especialmente sensibles, elige uno específico), y
siempre de arriba abajo, nunca restregándolas hacia los lados.
Conseguir unas pestañas rizadas es muy fácil, y tienes varias opciones. La más práctica es el
clásico rizador metálico, que actúa como una prensa,

aunque su uso es un poco desagradable. Para que el efecto dure más tiempo, y proteger las pestañas al mismo tiempo, antes de utilizarlo
aplica un poco de máscara incolora con queratina. Utilízalo con suavidad, intenta no mover el ojo (ya que puedes arrancar pestañas) y
pásalo sólo una vez. Otra opción son los
rizadores térmicos, que actúan como un rizador de pelo. El proceso es más lento, ya que tienes que mantenerlo pegado a las pestañas para que el calor vaya rizándolas. Es cuestión de gustos, elige el que más te convenga, pero ten en cuenta que el
térmico estropea más las pestañas, no lo utilices todos los días. Otra opción es la
permanente de pestañas, que sólo debes hacerte en centros de belleza, y debilita bastante la fibra, por lo que no es recomendable hacerla más de dos veces al año.
Máscaras: ¿cuál elegir? Tienes casi infinitas opciones a la hora de elegir una máscara de pestañas. En primer lugar tienes que pensar qué efecto quieres.
¿Longitud, espesor, volumen? Puedes encontrar máscaras específicas para cada resultado, y otras que los combinan. Aplica siempre la máscara
siguiendo la dirección natural de la pestaña, de abajo arriba, y hazlo con un sutil
movimiento de zigzag para que no queden pegotes. Antes de aplicar la máscara
cepilla bien las pestañas con un peine limpio para separarlas.
Los tonos más frecuentes son los
marrones (para un resultado más natural) y los
negros (para obtener un efecto más intenso). También puedes encontrar máscaras en
azules y violetas, que dan más brillo a los ojos y endurecen la mirada menos que el negro.
Por último, si quieres un resultado espectacular, o tienes poquitas pestañas, puedes optar por las
pestañas postizas, ya sea enteras o en pequeños grupos, para
rellenar y dar más espesor. Aplícalas siempre con ayuda de unas pinzas, y con un
pegamento específico para pestañas. Las tienes de muchos precios, marcas y estilos, desde las más naturales hasta las que incluyen plumas,
strass y otros efectos para un maquillaje de
fiesta o fantasía.